PÉRDIDA DEL VOLUMEN FACIAL ¿COMO LO RECUPERAMOS?
Las causas del envejecimiento facial incluyen gravedad, actividad muscular, cambios en los ligamentos de retención, maduración de los tejidos blandos, remodelación ósea y exposición a la radiación UV. El desequilibrio entre todas estas estructuras determina la aparición de la senectud facial.
Con la edad, el marco facial pierde definición y la piel cede, por lo que la cara puede parecer triste o deprimida (se caen los párpados, pómulos y mejillas, se pronuncia el pliegue nasolabial y se revelan contornos menos definidos alrededor de la mandíbula). Es decir, los cambios en el volumen y contorno facial pueden llevarnos a la aparición de estos cambios secundarios: arrugas y flacidez.
Es el conocido Triángulo de la belleza que se invierte con el envejecimiento.
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El rejuvenecimiento del rostro nos permite restaurar los rasgos faciales de la juventud que han desaparecido con el tiempo. La grasa almacenada en la región subcutánea de la piel es esencial para proporcionar forma y estructura a la cara.
Dos teorías explican este proceso:
TEORÍA VOLUMÉTRICA
Esto se produce porque hay una modificación de la grasa facial: desplazamiento y atrofia de la grasa subcutánea y depósitos de ésta en la línea mandibular y submentoniana y disminución de la grasa en zona periorbitaria, temporal y de los pómulos en el tercio superior y medio, generando un proceso de esqueletización.
Hay dos compartimentos grasos en la cara que influyen de forma particular, porque son los primeros que se ven afectados por el envejecimiento:
- La almohadilla adiposa malar: se desplaza hacia abajo y ligeramente a la derecha. Esto produce unos pliegues nasolabiales cada vez más profundos y un marchitamiento de la comisura de la boca, que puede generar un aspecto de tristeza facial.
- Grasa de la zona suborbicular del ojo: situada justo por debajo y en el lateral de la órbita que conforma las partes superiores de la mejilla, y define la estructura de la zona de la ojera cuya pérdida o desplazamiento genera un hundimiento y un aspecto de cansancio.
TEORÍA GRAVITACIONAL
En este caso la pérdida de fuerza de los ligamentos de retención provoca el descenso de los tejidos blandos y la aparición de surcos y pliegues.
El conocimiento de los cambios anatómicos del envejecimiento facial y de la localización de estos compartimentos grasos y de los ligamentos que los sustenta, nos permite inyectar directamente en estos espacios materiales de relleno (Ácido hialurónico) o inductores de colágeno (Hidroxiapatita cálcica, policaprolactona, ácido poliláctico) que nos permita reponer estos volúmenes, reforzar los ligamentos y conseguir restaurar el aspecto juvenil sin cambiar la estructura, ni las facciones originales de cada rostro, respetando la armonía y la belleza que hay en cada persona.