Los pies, mímalos y cuídalos también.
Los pies, tan importantes y tan olvidados en la hidratación y el cuidado diario, son una parte de nuestro cuerpo muy castigada que han de soportar nuestro peso diariamente, situaciones extremas de frío, de calor o el uso de zapatos, en ocasiones, poco adecuados, con tacones demasiado altos o demasiado planos, estrecheces castigadoras y materiales que no permiten una correcta transpiración.
En verano:
* El clima caliente y seco nos obliga a usar sandalias y calzado descubierto lo que provoca que sufran una deshidratación brusca y la aparición de grietas y durezas en talones y planta de pies.
* Deberemos reforzar los cuidados de máxima hidratación y exfoliación, no solo porque están más desprotegidos si no porque el tipo de calzado utilizado nos permite mostrarlos más.
* Dedicarle también un cuidado especial a las uñas, realizando un correcto tratamiento de pedicura y maquillaje de las mismas.
Durante el invierno:
* El frío provoca que nuestros pies se encojan y el calzado cerrado se acomode mejor, manteniendo una hidratación adecuada. Sin embargo, la diferencia de temperatura de zonas de exterior (muy frías) e interior (muy cálidas por uso de calefacciones), hace que se produzcan situaciones de inflamación constantes que deterioran el estado de la piel de esta zona.
* No debemos olvidar que aunque los pies los llevemos cubiertos con medias o calcetines, deberemos mantener los cuidados de higiene e hidratación como en cualquier otra zona del cuerpo.
Todas estas circunstancias pueden provocar alteraciones en la piel, en las uñas y también en la estructura ósea, convirtiéndolos en poco atractivos. A veces, incluso son la primera señal de condiciones médicas más serias tales como artritis, diabetes y trastornos neurológicos o circulatorios que deberemos tener en cuenta.
¿Pero, como podemos cuidar los pies para que luzcan bonitos y saludables?
Un correcto cuidado de los pies debe incluir:
* Uso diario de cremas ricas en urea o con un alto porcentaje de lactato que ayuden a mantener la pies de los talones, dedos y planta del pie libre de durezas y grietas. Si previo a estos cuidados diarios realizamos una exfoliación intensa de forma periódica que nos permita eliminar células muertas, el resultado será aún mejor.
* Usar zapatos cómodos que calcen bien puede prevenir muchos problemas de los pies.
* Vigilar la aparición de infecciones fungales, tales como el pie de atleta; ocurren porque la mayoría del tiempo tenemos puestos zapatos en los pies. Consulte siempre a su médico para un tratamiento adecuado.
* Tratar la sudoración excesiva (hiperhidrosis) que puede producir irritaciones y olor desagradable. Podemos recurrir al uso de desodorantes, secantes o antitranspirantes, plantillas de carbón activo o incluso, en casos más graves, al uso de botox u otros fármacos bajo prescripción exclusivamente médica.
* Tratar los callos y las callosidades: usar zapatos que calzan mejor o parches acolchonados sin medicamentos puede ayudar. Cuando se bañe puede frotar suavemente el callo o la callosidad con una piedra pómez para ayudar a reducir su tamaño.
* Corregir la presencia de juanetes: los zapatos de horma ancha en el área de los dedos y en la parte de en medio del pie (empeine) o las plantillas, pueden ayudarle. A veces, una cirugía es necesaria para aliviar la presión y reparar la articulación del dedo.
* Cortar de forma correcta las uñas para evitar las uñas encarnadas que ocurren cuando una parte de la uña se incrusta en la piel.
* Tratar la presencia de otras afecciones como neuromas, dedos en martillo o espolones que requieren en ocasiones técnicas médico-quirúrgicas, permitirá aportar a nuestros pies además de belleza, salud.
Como consejo, cuidar bien los pies y revisarlos con regularidad, permitirán no solo que luzcan más bonitos si no que estén más saludables.